¡Hola a tod@s!

La Llama Trina es tu/nuestro blog, un espacio de información sobre las terapias holísticas, en concreto las que aquí comentamos y trabajamos en consulta, para aprender a abrazar la vida, vivir el Aquí y Ahora, a conectarnos con nuestro Ser Interior, sanarnos y guiarnos por nuestra propia LLAMA TRINA. Un lugar donde compartir información, experiencias, comentarios y más.

“Somos multidimensionales, y la medicina también necesita ser multidimensional”. Johnny De’ Carli

domingo, 1 de febrero de 2015

Meditacion luna llena, 4 de febrero




RECOMENDACIONES

Vestidos de blanco, si se puede.
Si la meditación no se realiza al aire libre preparar un altar en el que deben estar presentes los cuatro elementos: Tierra, Agua, Aire y Fuego.
Una vela blanca encendida delante de cada uno y otra en el centro del círculo.
Que se coloquen en el interior del círculo aquellas personas que no están acostumbradas a este tipo de meditación.
Al darse las manos, colocar la izquierda hacia arriba (entrada) y la derecha hacia abajo (salida).
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QUÉ HAY QUE TRAER:


 Una vela blanca.

Un cuarzo rosa, que nos acompañará durante todo el ciclo, hasta junio de 2015, momento en el cual lo entregaremos a la Tierra.

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PROPÓSITO
EL RESPETO

Hoy nos ocuparemos de generar en nosotros mismos la energía del respeto a los demás. A sus actos, a sus palabras, a sus decisiones, sean cuáles sean e, incluso, aunque nos afecten. Continuamos dentro del ciclo de meditaciones que fomentan la integración.

El respeto es un paso fundamental y necesario si queremos evolucionar al ritmo que avanza la nueva energía. Para dejar paso al amor, primero debemos permitir que el otro sea quien ha decidido ser, sin juzgarlo ni condenarlo por sus actos y sin emitir negatividad hacia él. Porque esa negatividad no sólo acrecienta el conflicto sino que además nos aparta de la voz del corazón, que nos pide un cambio de enfoque, una nueva perspectiva de lo que nos sucede, para que nos alejemos del rencor y de la lucha y podamos por fin emitir la vibración del amor en el mundo.

Para fomentar el respeto en nuestras vidas, cuando alguien dice o hace algo que nos daña, pueden ayudarnos los siguientes pasos a seguir:

1.    Evitar reaccionar al momento.
2.    Respirar para expulsar la emoción que se ha generado en mí, para calmarme.
3.    Conectar con el corazón antes de hablar. El alma es una fuente de amor inagotable y ésa es la energía que debo proyectar cuando hable.
4.    Vencer el temor a mostrarse vulnerable y hacer lo que el alma sugiere, aunque sea arriesgado, aunque el pasado me haya demostrado que al abrir el corazón pueden hacerme daño. Si dejo que el miedo me aconseje, nunca avanzaré.

Estos pasos representan una dinámica que tendrá que repetirse varias veces, una serie de actos encadenados que desencadenarán en la rendición del otro, sobre todo cuando éste último se empeña en continuar atacando o comportándose de un modo invasivo. Si deseo que su comportamiento deje de afectarme tendré que proyectar amor de manera sostenida. La densidad que el otro emite hacia mí remitirá, si lo que encuentra siempre como respuesta es amor.

Es verdad que esta dinámica requiere una gran templanza, un esfuerzo sostenido, un compromiso con uno mismo en el que la perseverancia sea un ingrediente imprescindible. Debo perseverar aunque las cosas no salgan como quiero a la primera, ni a la segunda, ni tal vez a  la tercera. Me ayudará muchísimo mantener una vibración elevada durante todo el proceso: meditar, canalizar, usar técnicas de relajación o cualquier práctica que fomente mi equilibrio interior.

Es como si nos encontrásemos al pie de una montaña muy alta, decididos a subir, y nos aprovisionáramos de las herramientas y el material necesarios para afrontar la escalada: unas buenas botas, cuerdas, anclajes… Instrumentos que nos ayudarán a no caer en los tramos difíciles o a mantener el equilibrio.

Al principio nos abruma la distancia y la intensidad de la pendiente, pero sabemos que llegaremos a la cima dando un paso cada vez y confiando en que somos capaces de hacerlo. Confiamos en nuestro valor, en nuestra capacidad de adaptación, en nuestro cuerpo físico y en la efectividad del material que usamos para apoyar la escalada.

Así, antes de afrontar el gran reto de respetar al que me hiere, debo armarme de valor y confianza, aprovisionarme de herramientas eficaces que me garanticen el equilibrio interior durante todo el trayecto y emprender la escalada recordando que no debo flaquear, que debo seguir avanzando a pesar de los inconvenientes o de la dificultad y que mi meta es la cima, porque allí se encuentra la paz, la liberación y el propósito que siempre he estado anhelando.





Feliz Luna llena!!!!
Con Amor,
Manoli




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